lunes, 23 de febrero de 2015

CAPITULO 45

Cuenta Nacho.

Camine de una punta del pasillo hasta la otra hasta que la vi a Zaira salir de su clase.

Suspire aliviado.

Definitivamente necesitaba hablar con alguien, no podía parar de pensar en la conversación que tuve con Paula y en cómo le mentí. Creo que nunca me lo iba a perdonar.

-¿Nacho? ¿Qué haces esperándome? –me rpeguntó entrelazando su brazo con el mío-
-Zai necesito hablar con vos, urgente
-¿Qué paso? –me preguntó preocupada- ¿Estás bien?
-Si yo estoy bien…va en realidad no, le mentí a Paula
-¿Sobre qué?
-Sobre Pedro.

Me miro extrañada.

-Si te explicas mejor te lo agradezco Nachito

Después de explicarle todo lo que había pasado ella se tapó la boca con la mano.

-¿Le dieron drogas a mi hermano? –murmuró sin poder creerlo- ¿Y él las agarro? Juro que voy a matarlo, juro que…
-No Zaira! Espera, dijiste que no ibas a decir nada
-Nacho entendeme, es mi hermano y este no es un problema menor…
-Te entiendo, lo hago pero necesito ocuparme de esto primero antes de que vos le digas algo y necesito tu consejo.
-Está bien. Tenes que hablar con Pedro y decirle lo que viste
-¿Cuándo? Hoy Paula va a estar todo el día con él y seguramente hasta mañana
-No importa! Vas a mi casa y le decís que le tenes que hablar de algo de futbol y ahí le comentas esto.

Suspiré.

-Está bien, eso voy a hacer.



Cuenta Paula.

-Eso no es verdad –le dije riendo- a mí me gustan las películas románticas como The Notebook

Estaba sentada a horcajadas de Pedro en su cama y él me estaba tratando de hacer una trenza en el pelo.

-Si claro…yo sé que sos medio pervertida
-Lo que pasa es que te encantaría que viera una película porno con vos

Su risa me hizo cosquillas en la nuca

-No me molestaría, la verdad…
-Pedro!
-¿No lo harías por mí?
Me di vuelta para mirarlo.
-¿Qué? –me preguntó- yo te estoy haciendo una trenza en el pelo, o intentando, porque de verdad es difícil…y ya me estoy sintiendo un poco afeminado.
-Está bien…lo haría por vos –le dije sonriendo-

Me dio un beso en la nuca y paso su mano por mi cadenita acariciándome el cuello.

-¿Terminaste la trenza? –le pregunté-
-Ya…casi…listo.

Me paré para verme en el espejo y no pude evitar lanzar una carcajada. Era un asco.

-¿Te la vas a desarmar? –me pregunto desilucionado-
Mordí mi labio –No –le sonreí y volví a sentarme encima de él-

Pedro pasó una de sus manos por mi cintura y la otra la puso en mi rostro.

-Pau sé que últimamente estuve raro, y sé que lo notaste. Yo tuve problemas familiares y—
-No me tenes que explicar nada Pepe –le di un beso en la mejilla- Nacho ya me explico…
-¿Nacho? ¿Qué…qué te dijo? –me pregunto frunciendo el ceño-
-Que estas estresado por todo el tema de tu familia y de verdad que lo entiendo
Iba a hablar cuando el timbre sonó.
-Voy a ver quién es y vuelvo ¿sí?

Me dio un beso en la frente y salió del cuarto.

Aproveche para buscar una gomita o algo para atar la trenza y que no se desarme, pero no encontré nada. Me iba a dar por vencida cuando abrí uno de sus últimos cajones y vi en el fondo de este una bolsita.
Retrocedí al darme cuenta de lo que era y me tuve que sentar para no caerme, no podía pensar muy bien con claridad porque estaba confundida.
Lagrimas empezaron a caer por mis mejillas antes de darme cuenta y justo Pedro entra de nuevo a la habitación y ve lo que tengo en las manos. Se quedó seco.

-Pau ¿Qué…—
-¿Qué es esto? –lo interrumpí y le señale la bolsa secando una de mis lágrimas-
-Pau yo te lo puedo explicar –y dio un paso hacia mí y yo me aleje un poco-
-Hacelo entonces –le dije con frialdad-
-Eso me lo dieron unos amigos…pensaron que me iba a poder ayudar con…-su voz sonaba nerviosa y sus músculos se habían tensado- no es lo que vos crees.
-¿Ayudar con qué? ¿Por qué me estás ocultando cosas? ¡Soy tu novia Pedro! Se supone que tendrías que confiar en mí.
-No es tan fácil
-Yo sé que es difícil toda la situación con tus papás –de repente me callé y cerré los ojos- Todo lo de tus papás, todo el estrés del colegio…¿todo eso era mentira? –pregunté dolida-
-Pau…
-¡¿Era mentira?! –grité, aunque no quería hacerlo. Pero de verdad me dolía y superaba-
-Sí, lo era. Pero si solo me dejas que te explique… -se acercó más a mí y yo me alejé en seguida si pensarlo-

Mi cabeza empezó a dar vueltas y me sentía mareada. Pedro nunca me había mentido antes y jamás creí que podía estar consumiendo drogas.

Quería abrazarlo y dejar que me explicara todo, pero a la vez quería salir de su casa y no escuchar su voz por un rato para poder pensar tranquila.


Empecé a pensar en sus actitudes raras, en cómo se alejaba cuando le preguntaba que le pasaba, la forma en que actúo en la última fiesta a la que habíamos ido y el enojo de Zaira. La manera en que Nacho quería evitar el tema de Pedro y como actuaba él con sus nuevos amigos. La realidad me golpeó y me sentí una estúpida.

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