CAPITULO 59

-Quiero que dejes todo tipo de rivalidad que tengas con Facundo para que no vuelva a pasar lo que pasó en la escuela.

-No.

-¿Perdon?

-Todavía tengo que dejarle algunas cosas claras.

-¿Qué cosas?

-No es de tu incumbencia.

-¿Qué? –parpadeé sorprendida- Claro que es de mi incumbencia! Quiero que dejes de jugar a estos juegos estúpidos Pedro.

Él se acercó bruscamente a mí, y por un momento pensé que era peligroso que estemos tan cerca y tan enojados.

-Me cansé de escuchar las cosas que queres –me contestó con el ceño fruncido- ¿vos sabes lo que quiero? ¿se te cruzo por la cabeza que todo esto me está matando? Quiero estar con vos. Quiero que todo vuelva a ser como antes, quiero volver a tenerte en mis brazos y saber que me necesitas tanto como yo a vos. Pero ¿sabes qué? Eso no va a pasar.

Sabía que tenía que asentir y alejarme, porque todo lo que había dicho me había dado un escalofrío y había hecho que mi corazón latiera más fuerte. Sabía que no tenía que estar tan cerca de él porque nuestros labios casi se tocaban pero no podía irme así sin más. No, no era que no podía, no quería.

-¿Por qué…por qué no va a pasar de nuevo?

-Porque ganaste –me dijo sin más-

-¿Qué? –pestañee sorprendida- ¿De qué hablas?

Pedro me sonrió pero no era una sonrisa de felicidad, sus ojos estaban inexpresivos.

-Me rompiste el corazón. Ganaste.

De repente un recuerdo me vino a la cabeza.

-flashback-

-Tenes miedo.

-¿De qué?

-De que te rompa el corazón –dije sonriendo-

-¿Otra vez con eso Pau? Jamás podrías romperme el corazón

-¿Queres apostar?

-¿Cuál es la apuesta precisamente?

Queeee yo no lo estaba diciendo en serio.

-Es más un juego que una apuesta –dije pensándolo- yo tengo que romperte el corazón ya que vos decís que no puedo hacerlo.

-finflashback-

Tuve que apoyarme en la columna para que mis piernas se mantuvieran firmes. No podía creer lo que Pedro me acababa de decir. Sentía el nudo en mi garganta más doloroso y lo único que quería hacer era salir corriendo. Pero me obligué a quedarme, tenía que terminar con esto, y no quería que Pedro sufra por mí.

-¿Pensas que eso fue un juego para mí? –le pregunté dolida-

-No. Empezó como un juego pero se ve que te lo tomaste muy enserio –me contestó-

-Está bien –dije dando un paso hacia el costado- ya es suficiente. ¿Queres que terminen las cosas así? Genial.

Di media vuelta pero Pedro me agarró del brazo y con lágrimas en los ojos vi su rostro. Había cambiado, ya no se mostraba inexpresivo si no que sus ojos reflejaban tristeza.

-No puedo dejarte ir así –dijo-

-Entonces no lo hagas –dije-

Él me agarraba la cintura, me acercó hacia él y me abrazo. Yo lo apreté contra mí y enterré mi cabeza en su cuello. Extrañaba su olor, extrañaba sus brazos. De repente me vino un pensamiento a la cabeza. Habíamos discutido, los dos habíamos dicho cosas hirientes, pero al final éramos nosotros mismos los que podíamos consolarnos. 

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Capitulo cortiiiiiiiiiito, comenten porfa. Gracias por leer!