CAPITULO 57

Facundo lanzó una carcajada exagerada.

-¿Sí? ¿Y quién sos vos para decirlo? ¿El novio? –al ver la cara de Pedro, Facundo asintió- eso creía.

-Puede que no sea su novio pero nuestra historia no termino. La suya termino hace mucho tiempo.

Facundo le sonrió de oreja a oreja.

-No estés tan seguro. Si conocieras lo suficiente a Paula sabrías que lo que más odia son las mentiras y ¿Qué hiciste vos?

Pedro me miró rápidamente y yo quise desaparecer. Ahora sabía que le había contado a Facundo lo que había pasado entre nosotros. Bien Paula bien, siempre haciendo las cosas bien.

-¿Pueden parar de pelear? –les dije con los brazos cruzados-

Miré a Facundo, después a Pedro y me acerqué a él.

-Si me dejas que te explique vas a entender todo –murmuré-

-¿Qué tengo que entender? ¿Que me mentiste?

Fruncí el ceño, no podía creer que él me estaba acusando de mentirle cuando él había hecho lo mismo.

-Parece que no sos el único que miente –le dije encogiendo los hombros-

Pedro me miró sin pestañar.

-¿Se trata de eso? ¿De devolverme la jugada?

-Esto dejo de ser un juego hace mucho tiempo.

Él lanzo una carcajada vacía.

-No te preocupes eso lo sé, y también, hace mucho tiempo.

-¿Podemos hablar?

-Sos la última persona con la que querría hablar en este momento –contestó y miro detrás de mí- esto no se terminó.

-Obvio que no –le dijo Facundo-

Parecía que Pedro iba a decir algo más pero me miró por última vez y se dio la vuelta para irse con Gonzalo.

-Bueno acá no hay nada más que ver –les gritó Ignacio a todas las personas que seguían escuchando nuestra conversación-

En ese momento tocó el timbre para que entremos a los aulas.

Agarre del brazo de Facundo y empecé a caminar.

-¿Qué haces? –me preguntó confundido- ¿Me estás secuestrando? Tenemos que entrar a clases…

-No vas a ir a clases con la sangre cayéndote de la cara

-¿Y a dónde vamos? No podemos ir a la enfermería porque van a preguntar qué pasó

Me detuve enfrente al baño de chicas y abrí la puerta.

-Vos primero

-¿Estás loca? –me preguntó alzando las cejas- No puedo entrar acá.

-No va a parecer nadie, van a estar todas en clase, así que metete o te meto yo a las fuerzas –le dije poniendo una cara amenazante que nunca funcionaba con él-

Él rodeo los ojos.

-Wow está bastante limpio este baño –dijo sentándose en uno de los asientos de la columna-

-Eso es porque las chicas no somos animales como ustedes –le contesté remojando una toalla con agua- ¿Me podes decir por qué hiciste eso?

-No iba a dejar que te culpe por algo que yo hice.

-Yo también le mentí –empecé a limpiarle la sangre-

-Pero no te merecías que te grite así. Aw eso dolió –se quejó haciendo una mueca-

-Lo hubieses pensado antes –le dije pero traté de pasarle la toalla más despacio-

-¿Lo seguís queriendo?

-No quiero hablar de él con vos.

-Está bien, entonces cambio la pregunta, ¿me seguís queriendo?

Lo pensé por un momento. Había sufrido muchísimo por él, pero también lo había querido muchísimo y, aunque quiera, hay cosas que no se pueden olvidar. Como todos los momentos que pasé con él y el hecho de que fue el primer chico que quise de verdad.

-Vos sabes la respuesta –le contesté-

Él solamente me sonrió.

-Ahora prométeme que no te vas a volver a meter con Pedro –le dije-

-Yo no fui el que empezó la pelea…

-Facundo prometemelo.

-Está bien, pero si él empieza la pelea no esperes a que me quede parado como un estúpido mientras me pega, me voy a defender.

-Me voy a encargar de que él tampoco empiece ninguna pelea –le contesté-

-Suerte con eso, parecía como que ni quería escuchar tu voz.

Lo fulminé con la mirada.

-Parece que me pasa exactamente lo mismo con vos.

-A mí me pasa exactamente lo contrario, nunca me cansaría de escuchar tu voz.

Toqué timbre y esperé. Sabía que Pedro estaba en su casa, Zaira me había llamado cinco minutos antes diciéndome que había llegado y que ella y Gonzalo se iban a ir para dejarnos solos. El problema era que Pedro no sabía que iba a ir a verlo, y no sabía si él iba a querer hablar conmigo. Lo único que sabía era que necesitaba aclarar las cosas con él y no me iría hasta hacerlo.

Pedro finalmente salió mirándome de arriba abajo y la seguridad que ates tenía se fue al diablo, no estaba mentalmente preparada para verlo de nuevo.

-¿Qué necesitas? –me preguntó Pedro con la voz totalmente fría-

-Yo… –me aclare la garganta- necesito hablar con vos.

-Creo que te dije la última vez que no quería hablar con vos.

-Pero yo sí –le dije sonando como una estúpida-

-Y quiero tantas cosas que no puedo tener –me contestó mirándome fijamente a los ojos-

Traté de que no me afectara lo que me acababa de decir y respiré hondo.

-¿De verdad queres que las cosas terminen así? ¿Después de todo lo que pasamos?

-Yo nunca quise que terminaran las coas así y lo sabes muy bien –dio un paso hacía mpi-

-¿Y pensas que yo sí quería que terminen las cosas así?

-Eso parece.

Negué con la cabeza.

-Parece que lo haces a propósito –murmuré-

-¿Qué? –me preguntó levantando una ceja-

-Esto –señalé- discutir conmigo, tratar de lastimarme con tus comentarios hirientes.

-¿Tratar de lastimarte con mis comentarios hirientes? ¿En serio? Creo que mis comentarios no te lastiman nada comparado a la manera que vos me lastimaste a mí.

Eso sí dolió.

-Esto tampoco es fácil para mí Pedro –le dije con un nudo en la garganta-

-Claro, por eso te viste con tu ex novio el día que me llamaste a mí. Se nota que nada de esto es fácil para vos –me contestó sarcástico-

-¿Vos también lo pensas no? –le pregunté entrecerrando los ojos- ¿También pensas que estaba jugando a dos puntas? Decímelo, decímelo porque si es así no tiene sentido que yo esté acá.

Él negó con la cabeza pero no contestó.

-¿Hay algo más de lo que quieras hablar? –me preguntó-

Bueno esto va a ser un poco más difícil, ni siquiera sabía cómo decirlo adecuadamente…

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Holaa. Perdonen que no subamos todos los días pero estamos a mil. Porfa comenten, si hubiera muchos comentarios seguramente ahí subiriamos más seguido jajaja. Gracias por leer!