jueves, 28 de mayo de 2015

CAPITULO 54

Mi celular sonó despertándome. Era un mensaje de Facundo.

“Despertate cenicienta”

Rodee los ojos y le contesté:

“Cenicienta es la del zapato, estúpido. La bella durmiente es la que duerme. Un poco de cultura de Disney, por favor”

A los pocos minutos respondió:

“Ya lo sabía pero para mi vos sos como todas las princesas de Disney –puse los ojos en blanco tratando de reprimir la sonrisa- y no pongas esa cara. Si, sabía que la ibas a hacer. Te conozco, y como te conozco sé que seguís en la cama tapada, levántate antes de que vaya yo mismo a buscarte”

Le saqué la lengua al celular y me volví a tapar hasta la cabeza antes de obligarme a salir de la cama y cambiarme para encontrarme con Facundo.



Me paré enfrente de Troy’s mirando su interior y recordando los momentos que pasé en ese lugar: la primera vez que Facundo y yo habíamos entrado ahí riendo porque afuera se había largado a llover y no teníamos otro lugar a donde ir, las veces que nos quedábamos estudiando a la tarde mientras tomábamos licuados, el día que un chico de la mesa de al lado nuestro le dijo a Facundo que era un chico hermoso y él sonrió y le dijo que tenía un amigo gay que seguro se interesaría en él dándole el número de Nacho, después de eso Nacho no nos habló por una semana. Sonreí ante todos estos recuerdos y se me formó un nudo en la garganta.

-¿Recordando? –susurró una voz en mi oído-

Cerré los ojos cuando la mano de Facundo pasó por mi cuello haciéndome voltear.

-A veces me gustaría olvidar –susurré-
-No vas a poder hacerlo
-¿Por qué no?
-Porque ya trate de hacerlo. Ya trate de olvidar todo lo que tiene que ver con nosotros pero los recuerdos vienen a mi cabeza, no importa lo mucho que te esfuerces, no podes olvidar algo que forma parte de vos.

Pensé por unos segundos lo que acababa de decir.

“Pero vos no formas más parte de mí” quise decir, pero no sabía hasta qué punto era verdad.

-Vamos –dijo tomando mi mano y llevándome hacia adentro de Troy’s.
-Maldito –susurré cuando se sentó en “nuestra” mesa, en la que solíamos sentarnos siempre, pero no me escucho-

Me sentí aliviada cuando mire alrededor y me asegure de que no habia nadie que nos conociera.

Pero luego Gisela, a mesera con la que hablábamos siempre se acercó sin poder creerlo.

-¿Facundo? ¿Paula? –pegó un grito de felicidad y a pesar de todo sonreí, extrañaba a esa peliroja mujer que me hacía reír- No lo puedo creer! ¿Nos traicionaron y se fueron a otro lugar mejor que Troy’s? Ramiro decía que se habían separado y que no iban a volver más pero yo sabía que ustedes eran demasiado perfectos para separarse y ¡mis clientes favoritos volvieron!

Facundo largó una carcajada.

-Bueno por mucho que me caiga mal Ramiro –me miró y sonreí por dentro. Ramiro era otro mesero que conocíamos pero que a Facundo siempre le había caído mal porque me miraba más de lo que debía y a veces me decía algún piropo- lamentablemente tengo que decir que tiene razón.

La sonrisa de Gisela desapareció.

-Ustedes… ¿se separaron?
-No te preocupes –dijo él guiñándole un ojo- voy a recuperarle.

Puse los ojos en blanco.

-Eso no va a pasar.

Gisela le pegó a Facundo en el brazo con el trapo que llevaba en la mano.

-Más te vale, esta chica vale la pena –dijo mirándome y le sonreí agradeciéndole- ¿Les traigo lo mismo de siempre?

Los dos asentimos y ella se retiró sin antes decir “Algunas cosas nunca cambian”.

-Bueno –dijo Facundo y lo miré- ¿Cómo te fue ayer con tu novio? –haciendo una mueca cuando pronunciaba la última palabra-

Alcé una ceja.

-Eso no es de tu incumbencia.
-Hey te salvé la vida ayer, así que me parece que me debes una.

Suspiré.

-Él y yo… ya no estamos juntos.
-¿Qué? –pregunto pestañando sorprendido tratando de ocultar su sonrisa- ¿Por qué?
-Él me mintió. –No le iba a dar más explicaciones que esa-
-Él es un estúpido por dejarte ir –murmuró-

Fue mi turno de sorprenderme.

-Bueno no fue el único –respondí con frialdad-
-Nunca quise dejarte ir –dijo mirándome fijamente-
-¿Entonces porque lo hiciste? –pregunté sin más haciendo que mi corazón latiera con fuerzas-

Él cerró los ojos con fuerza.

-¿Recordas la última vez que estuvimos juntos?

La recordaba muy bien.

-flashback-
Me reí y le tire del pelo para que se aleje de mis labios aunque era lo último que quería que haga. Él hecho su cabeza hacia atrás y me miró sonriendo.

-Eso me dolió –dijo- dame otro beso para recompensar.
-Se está haciendo tarde y mi mamá me va a matar
-No quiero que nos separemos y empezar a extrañarte. Dale ¿no queres venir a mi casa? 
Mi papá está de viaje y mi mamá trabajando, dale un rato solamente.

Sus palabras estaban haciendo más difícil mi intento de irme.

-Sabes que siempre que decimos “un rato solamente” termina siendo mucho más y se hace tarde. Anoche cuando mi mamá me escucho hablando a las 4 de la mañana por teléfono con vos dijo que si volvía a escucharme o encontrarme a esa hora hablando y no durmiendo iba a castigarme y sabes que Alejandra cumple con su palabra.

Los dos reímos pero luego él se puso serio.

-Nunca nada va a separarme de vos –dijo-

Me apretó contra el abrazándome y acariciándome el pelo. No sabía que era pero en sus brazos me sentía protegida.

-Ya lo sé, pero no quiero que nos empiecen a poner condiciones, tengo que ir a casa.

Él asintió con la cabeza, entrelazo su mano con la mía y empezamos a caminar.

-finflashback-

-“Nunca nada va a separar de vos” me dijiste –le dije bajando la mirada- mentiste.
-En ese momento pensé que nada iba a separarme de vos –me contestó con voz dolida-
-¿Y qué es lo que hizo que cambie eso de un día para el otro? –le pregunté con resentimiento-

Se quedó callado por unos segundos que parecían eternos. Creí que no iba a responder cuando de repente lo hizo.

-La infidelidad.
-¿Me fuiste infiel? –le pregunte boquiabierta y con los ojos como plato-


*Cuenta Facundo.
-¿Qué? ¿Estás loca? –le pegunté con voz herida-

No podía creer que se le cruzara por la cabeza que alguna vez la pude llegar a engañar.

-Pero… ¿entonces de quién?

-flashback-

La miré a los ojos y no pude evitar sonreír. Nos despedimos con un lindo beso y me fui caminando hasta mi casa. La sonrisa no se me borraba de la cara porque ella hacía que este así embobado.
Cuando llegue a casa, entre a mi habitación y estaba por avisarle a Pau que ya había llegado cuando escuche ruidos y me detuve.

-¿Mamá? –dije en voz alta- ¿ya llegaste?

Pero nadie me contestó. Me levante de la cama y me di cuenta que los ruidos venían de su cuarto…pero no eran solo ruidos, también voces y gemidos. Fruncí el ceño y camine hasta la habitación de mis papás. Cuando abrí la puerta mi respiración se detuvo y cerré mis puños instantáneamente. No podía moverme ni hablar. La imagen que tenía enfrente mío era lo peor que me podría haber pasado.

Mi mamá estaba en la cama con mi tío, el hermano de mi papá, los dos estaban desnudos y se tapaban con una sábana. La cara de mi mamá se volvió pálida y los dos estaban completamente inmóviles.

Lo último que supe es que estaba encima de mi tío golpeándole la cara e insultándolo.

-finflashback-

Cuando termine de contárselo a Paula enterré mi cabeza en mis manos. Cada vez que recordaba lo sucedido me agarraba mucha impotencia.

La mano de Paula agarró una de las mías y me hizo mirarla. Al instante me arrepentí, tenía lágrimas en los ojos y cuando habló su voz se quebró.

-¿Por qué nunca me lo contaste?

-No pude. Después de eso me volví loco y necesite varias horas para recuperarme, mi cabeza daba vueltas. Lo primero que hice fue irme de mi casa y llamar a mi papá. Mi mamá me pidió que no lo haga, que ella se lo iba a decir, pero no podía ocultárselo…no podía. Y después pensé en vos, y perdoname pero en ese momento lo único que pensaba después de ver a mi mamá acostada con el hermano de mi papá después de tantos años de casados era que el amor era una mierda y siempre terminaba mal sin importar qué. Fue impulsivo, idiota, estúpido –Paula me apretó la mano- lo que hice…pero estaba tan enojado con el mundo, tenía tanto enojo en mi interior que lo único que pude hacer fue llamarte y… sin querer ni pensarlo se me vino a la mente tu frase “vos sos el que tiene que hacer las cosas difíciles”. Y en ese momento supe que iba a hacer la cosa más difícil que alguna vez hice en mi vida…y te dejé.

-Perdón…lo siento tanto –me dijo Pau parándose y abrazándome-

Puse una mano detrás de su cabeza para abrazarla más fuerte, cerrar los ojos y poder disfrutar de él momento.

Abrí los ojos y la vi a Gisela con los pulgares levantados, le sonreí y en ese momento sentí algo que no había sentido desde hace mucho tiempo aunque no supe decir que era.

Paula se alejó un poco para mirarme.

-Disfruta de esto porque no sé si va a volver a pasar –me susurró acercándose a mí y poniendo sus labios sobre los míos-


Mi corazón empezó a latir con fuerzas y le devolví el beso con ganas.




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Holaa! acá dejandoles un capítulo larguito. Porfa comenten y gracias por leer. Que tengan buenas noches :)

miércoles, 27 de mayo de 2015

CAPITULO 53

-Mi amor…despertate –me dijo una voz mientras abría los ojos tratando de captar lo que pasaba-

De repente todo lo que había pasado hoy me vino a la cabeza y encogí.

-Te quedaste dormida –me dijo mi papá mirándome con ternura al mismo tiempo que notaba mi cara y lo que había sucedido- ¿estuviste llorando?

Lo miré. Se veía tan preocupado con el ceño fruncido. Tenía el pelo rubio como el mío y sus ojos celestes oscuros que siempre odie no haberlos heredado.

Me acercó a él para abrazarme y yo me acomodé en su regazo y empecé a llorar e su hombro.

-Hey –murmuró acariciándome el pelo- No llores ¿Qué paso?

Eso me hizo llorar más y no pude contestarle. Él espero hasta que este preparada y me saco el pelo de la cara cuando alcé la cabeza para mirarlo.

-Pedro y yo… no estamos más juntos.
-¿Qué paso?
-Él…él me mintió –le dije esperando que no me pregunte con que porque no quería que mi papá se llevara una mala impresión de él- y me dolió mucho.
-Chiquita…todo va a estar bien, solo tenes que esperar.

Negue con la cabeza.

-No es solo eso…Facundo volvió.

Parpadeó sorprendido.

-Quiere volver conmigo –seguí-

Y se quedó boquiabierto.

-Un lindo lío tenes
-Papá! –me queje pero me hizo sonreír-
-Perdón –dijo sonriéndome- ¿y vos queres volver con él?
-No lo sé, él también me mintió.

Esperé a que él me dijera algo.

-Ah no, no me mires así, yo no soy el que da consejos en esta casa, esa es tu mamá –dijo mirando a la cocina pero mi mamá no apareció y él suspiro- y espero por el bien de ellos dos no cruzármelos.

Sonreí a medias

-Pau tenes que saber que en esta vida te van a mentir muchas personas, y te van a lastimar muchas otras, solo tenes que saber por cuales vale la pena sufrir y por cuales no
-¿Y cómo voy a saber por cuales vale la pena sufrir y por cuales no?
-Eso no te lo puedo decir yo, eso lo decidís vos
-Pero no lo sé –le contesté resignada-
-Si lo sabes. Acá lo sabes –dijo señalando mi corazón-

Sonreí.

-¿Cómo supiste que mamá era la indicada?
-Porque me quería incluso en los día que ni yo me quería. Nestor –dijo y abrí los ojos, Nestor era el papá de Gonzalo y el mejor amigo de mi papá, muy pocas veces hablábamos de él y las pocas veces que lo hacíamos podía notar cuanto lo extrañaba mi papa y lo que le dolía esa pérdida- siempre me decía que se me transformaba la cara cuando estaba con ella y no lo entendí hasta que el conoció a Eli –Elizabeth, la mamá de Gonzalo- y lo vi con mis propios ojos. Y volviendo al tema de las personas que te mienten y las que valen sufrir por ello, siempre supe que Nestor y Elizabeth eran de esas personas ¿sabes? Nunca nos dejaron, ni siquiera en los momentos más duros que tuvimos tu mamá y yo. Y cuando ellos se fueron, no pudimos… nosotros…nosotros no pudimos dejarlos, no podíamos, ellos siempre estaban con nosotros y cuando se fueron…–suspiró- pensé que nunca nos dejarían y lo hicieron de la peor manera posible.

Lágrimas salían sin control y no hice nada para ocultarlo, el tema de los papás de Gonzalo siempre me ponía sensible.

-Ellos estarían orgullosos –dijo mi mamá que estaba apoyada en la columna mirando con cariño a mi papá- ellos no nos dejaron –le dijo dándole la mano- están acá cuidando de nosotros y de Gonza –nos dijo sonriendo-

Mi papá asintió, le dio un apretón de manos a mamá y me sonrió.

-Bueno ahora nos contas… ¿Qué anda pasando por la cabecita de enamorado de mi hijo? –me preguntó y sonreí al instante en el que dijo “hijo” refiriéndose a Gonzalo-


-Papá! –deja de ser tan chismoso –le contesté riendo-



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Hola acá dejandoles un cap, cortito pero para cumplir. Porfa comenten que es importantísimo para nosotras! Besoss

martes, 26 de mayo de 2015

CAPITULO 52

Tragué saliva y baje la mirada. No iba a poder decir lo que tenía que decir si empezábamos así.
-
Necesitamos hablar –murmuré y Pedro se alejó para que me moviera-

Me senté en el sillón que tantas veces compartimos y lo esperé. Él suspiró y se sentó a mi lado, tratando de respetar las distancias.

-Yo…no sé por dónde empezar… –empecé diciendo mirándome las manos pero él me puso un dedo en los labios haciendo que me callara-
-Dejame empezar a mí –su voz sonaba segura, no como la mía- estas últimas semanas me la pasé pensando en todo lo que pasó y en todas las cosas en las que fui un estúpido y fueron tantas. Empezando por no decirte nada sobre mi pasado, por acercarme a los nuevos chicos, en volver a pensar en lo que me pasó, en no hacerle caso a Zaira cuando me dijo que te dijera todo, en ocultarte la verdad por la que estaba mal y por aceptar las pastillas que me dieron. Y me odio por haber hecho todas esas cosas y entiendo más que nadie que no confíes en mí pero escucharte decirlo me dolió tanto que no lo quise aceptar…cuando llegué a esta ciudad odiaba todo, odiaba a mis papas por hacerme venir acá, me odiaba a mí por todo lo que me había pasado, odiaba este lugar y todo lo que tenía que ver con él. Después…llegaste vos –me miró lleno de sentimientos y me sonrojé- nunca pensé que alguien me podía hacer algo así. Vos…toda temperamental, siempre peleándome y discutiendo, la mayoría de las veces quería matarte, es verdad –me reí- pero con el tiempo lo que empezó como un juego se fue convirtiendo en algo más y lo último que supe es que quería era matarte a besos. Nadie nunca me hizo sentir así y me dio miedo, todo el tiempo me decía “solo es un juego” “No la queres en realidad, te estás divirtiendo” pero me estaba mintiendo a mí mismo. Te quería…te quería tanto y después empecé a amar, amar este lugar, amar a los amigos que tenía acá, amar a mis papás por haber vuelto a estar juntos, el tiempo que pasaba con mi hermana y lo que más temía…empecé a amarte a vos. No digo esto para que me perdones o vuelvas a confiar a n mí, lo digo porque necesito que lo sepas, necesito que sepas cómo interferís en mi vida y cómo la diste vuelta. Y me volvés loco, siempre queres tener la razón, ganar el juego, tener todo bajo control y hacerme poner de mal humor pero lo único que conseguís es que te quiera más y que me siga enamorando de vos.

Cuando termino de hablar cerró los ojos con fuerza y se tiró contra el respaldo del sillón. Yo no podía emitir ni una palabra, tenía un nudo en la garganta y quería llorar. Nadie me había dicho algo tan lindo en mi vida y saber todo lo que Pedro pensaba de mí no me ayudaba en nada con lo que tenía que decirle. Sabía que jamás me olvidaría de todas las cosas que me acababa de decir y una de las razones era que tenía miedo que con el tiempo cambien.

-No llores –me dijo preocupado-
-¿Qué? –fruncí el ceño y me toque la cara, había dejado caer dos lágrimas- Perdon…–y antes de que dijera algo empecé a hablar- Pedro vos me enseñaste tantas cosas…lograste lo que nadie pudo y fue hacerme volver a creer en el amor y volver a querer a alguien como pensé que nunca lo volvería a hacer. Cuando te conocí te odiaba, y durante todo el tiempo que pasaba con vos me quería hacer creer que te odiaba y que me sacabas que quicio, pero yo también me estaba mintiendo a mí misma. Te amaba, todo lo que decía que odiaba en realidad de vos era al revés, lo amaba. Y me costó mucho tiempo darme cuenta de eso y abrir los ojos. Me haces sentir cosas que ni yo puedo creer que me haces sentir. Pero me dolió mucho enterarme de que me mentiste porque siempre pensé que eras una de las personas que nunca lo iba a hacer y no lo digo para que te sientas mal, solo lo digo para que entiendas lo difícil que es para mí volver a confiar en alguien –le sonreí- vos siempre estuviste ahí para mí y me escuchaste cuando más lo necesitaba.. por eso espero –respiré hondo- que sigas estando conmigo aunque no estemos juntos.

Él se quedó en silencio y me hubiese gustado levantar la cabeza para ver su cara pero no pude. No podía verlo mientras le decía esas palabras que tanto me dolían, no podía ver que le dolían tanto como a mí.

-Deci algo –dije en susurro después de unos minutos en silencio-
-Yo…yo lo entiendo –dijo aclarándose la garganta- voy a hacer lo que sea para que vuelvas a confiar en mí y te voy a esperar.
-No! –dije alzando la cabeza de repente y él me devolvió la mirada confundido, trate de tranquilizarme- No…no lo hagas, no me esperes por favor.
-¿Qué? ¿Por qué?
-No puedo hacer esto Pedro –sacudí la cabeza negada- no puedo dejar que me esperes. Se lo que es esperar algo que nunca llega así que por favor, no lo hagas.

No me di cuenta de la severidad de mis palabras hasta que vi la mirada de él y me arrepentí al instante. Me miraba con una mezcla de dolor y frialdad. No soportaba verlo así, no soportaba ver que me miraba de esa manera. Me dolía demasiado.

-¿”Algo que nunca llega”? –me preguntó- ¿Estás diciendo que es inútil que te espere porque nunca vas a volver a mí?
-No…no…yo no quise decir eso.
-Está bien –de repente se paró y me miró- perdoname Paula pero ya no puedo soportar esto.
-Pepe –lo llame parándome en frente de él- no te podes ir así, por favor.

Él me miro por un segundo y me acercó a su cuerpo para besarme en los labios. Su lengua buscó la mía y cuando la encontró me apretó más contra él. Su agarre era fuerte y yo sabía que era porque no me quería dejar ir. Cuando nos tuvimos que separar para tomar aire, sus ojos color miel estaban brillosos.

-Sabemos lo que es esto.

Yo negué con la cabeza a pesar de que sabía perfectamente lo que era. Una despedida.
Me abrazó hasta que nuestra cercanía se hizo insoportable sabiendo que en unos segundos íbamos a estar separados. Pedro me besó en la frente antes de irse.

-Chau Paula.

Empezó a caminar y nuestras manos se empezaron a separar hasta dejar la mía vacía luego del último roce de sus dedos contra los míos.

Me tiré en el sillón y empecé a llorar…llorar…y llorar.





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Hola, bueno acá esta el capítulo de hoy. No nos odien jajajaj porfa comenten y gracias por leer, besossss

lunes, 25 de mayo de 2015

CAPITULO 51


-Facundo no es un buen momento, necesitas irte –dije hablando apresuradamente-

Él se movió rápido y entro a mi casa cerrando la puerta con el pie.

-¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan alterada? ¿Están tus papas? –me preguntó recorriendo la casa, en la que él estuvo millones de veces, con la mirada- me gustaría saludarlos.
-No! Ellos trabajan a esta hora. No es eso, estoy esperando a alguien y necesito que te vayas. Ya!

Él no me hizo caso y se acercó más a mí.

-Y yo necesito hablar con vos –dijo lentamente-

Quería darme la cabeza contra la pared en este instante.

-¡Está bien! Está bien, pero mañana ¿sí? Mañana nos encontramos en Troy’s para almorzar ¿te parece?

Sabía que después de esto me arrepentiría de esto pero necesitaba que se vaya antes de que llegue Pedro.
Su mirada cambio y me miró con ojos brillantes.

-¿Qué? –le pregunté-

Y luego me di cuenta. Troy’s. era nuestro lugar favorito para ir a comer cuando éramos novios y tenía muchos recuerdos de ese lugar con él. Hasta a mí me había sorprendido de haber dicho eso porque ni siquiera lo había pensado.

-Troy’s, nunca fui después de que…
-Yo tampoco –le respondí antes de que lo dijera- la última vez fue con vos –le dije reprimiendo una sonrisa-

Y de repente el timbre sonó borrando cualquier atisbo de sonrisa que pudo haber en mi rostro.

-¡Oh dios mío! –dije alejándome de Facundo-

¿Qué iba a hacer? No podía abrirle la puerta a Pedro para que viera a Facundo, dios ni siquiera me podía imaginar en que iba a terminar eso. Tampoco podía decirle a Pedro de que se vaya, no después de todo lo que pasó.
Maldición. ¿Por qué no tenía una de esas casa geniales que tenían puerta trasera o algo así para poder sacar a tu ex novio por ahí para que tu actual -¿seguía siendo mi actual?- novio no lo viera?

-Me parece que sonó el timbre –dijo Facundo mirándome divertido-

¡Oh no me digas! ¡Idiota! ¿Le divertía lo alterada que estaba?

-¡Necesitas esconderte! –dije de repente cuando el timbre sonó de nuevo- Eso es! Atrás de las cortinas, abajo del sillón, en mi habitación, pero ya dale! andate!

Él estuvo a punto de hacerme caso pero luego entrecerró los ojos y me miró de nuevo.

-¿A quién estás esperando?
-A…a…
-¿A él? –me peguntó sin sacarme los ojos de encima-

No respondí y él se dirigió a la puerta para abrirla.

Alguien que me pegue un tiro en este momento por favor.

-No! –agarré del brazo de Facundo de forma desesperada- Por favor no lo hagas!

Él abrió la puerta y en ese instante quise desaparecer. Mis esperanzas de que fueran Zaira o Nacho o el jardinero se esfumaron al ver a Pedro en frente a Facundo –Dios nunca pensé que iba a decir esa frase- mirándolo fijamente.

Me recorrió un escalofrío al ver como se miraban. Facundo lo miraba con los puños cerrados y la cabeza ladeada, como analizándolo. Pedro lo miraba fijamente como si en cualquier momento fuera a darle una piña en la cara.

Y yo no estaba segura de quién terminaría peor si se empezaran a pelear.

-¿Quién sos vos? –le pregunto bruscamente Pedro mirándolo a él y después mirándome a mí-

Estaba muy segura de que ese era mi final. No iba a sobrevivir después de esto.

Creo que nunca había tenido tantas ganas de desaparecer como en ese momento. Cerré los ojos con fuerza cuando Facundo abrió la boca para contestar.

-Yo soy un amigo de Gonzalo –respondió secamente-

¡¿Qué?! Abrí los ojos rápidamente y vi como él me miraba disimuladamente. Me había salvado.

Deje salir todo el aire que no me había dado cuenta que estaba reteniendo y sonreí. Odiaba aceptar lo agradecida que estaba por haberle mentido a Pedro.

-¿Y vos quién sos? –le preguntó Facundo-

Mi corazón se paró por un segundo cuando pensé que iba a decir “El novio de Paula”.

-Pedro –respondió el simplemente con los ojos entrecerrados-
-¿Sos el novio de Paula?
-Bueeeeeno –dije con voz más aguda de la que pretendía- demasiadas preguntas por hoy –empuje a Facundo para que se alejara pero él tenía más fuerzas que yo y no lo pude mover-
-Acordate de lo que hablamos ¿sí? –dijo buscando mis ojos-

No creía que iba a poder seguir manejando la situación por mucho tiempo más si seguía actuando así delante de Pedro y no se iba.
Asentí con la cabeza y le di un beso en la mejilla para parecer casual pero no se vio para nada de esa manera.

Facundo le dio una última mirada de advertencia a Pedro quien lo seguía mirando como si tuviera ganas de matarlo ahí mismo y se fue.

Miré a Pepe y le sonreí tratando de captar su atención. Si sobreviví al enfrentamiento de Facundo tendría que sobrevivir a la charla con él ¿no?

-¿Entras? –le pregunté-

Él me miró y suavizó su mirada. Asintió con la cabeza y paso por al lado mío, yo cerré la puerta y quedé mirándolo. No sabía ni cómo empezar ni qué decir. Antes de poder asimilar lo que él estaba haciendo me tiró contra la puerta suavemente y me empezó a besar. Mi corazón empezó a latir fuertemente y sino fuera porque él me estaba sosteniendo por la cintura estaba segura de que me caería.

Cuando se separó su boca voló hacia mi oído.

-Extrañaba demasiado besarte –me susurró-




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Holis, aca dejandoles el cap de hoy. Porfa comenten!! Gracias por leer :)