Soy
la clase de persona que no llora fácilmente, que quiere parecer fuerte ante los
demás, prefiere esconder sus sentimientos y si para hacerlo tiene que poner una
sonrisa en su cara y fingir que está bien, lo hace. Pero cuando se trata de
Facundo no puedo evitar sentir un nudo en el pecho, no puedo acordarme de él
sin sentir lágrimas en mi mejilla. Trato de olvidarlo pero cada vez que lo hago
lo recuerdo más. “Siempre me voy a estar a tu lado” me dijo ¿Y ahora? ¿Dónde estaba
él? ¿Tan fácil le fue mentirme? ¿Tan fácil le fue dejarme? Si tanto me amaba ¿Por
qué de un día para el otro se fue? Solo quiero explicaciones, quiero saber que
hice mal… quiero saber porque me dejo si tanto me amaba. A veces me encuentro a
mí misma tratando de odiarlo pero la verdad es que no puedo… no puedo odiar a
alguien que ame con tanta intensidad. Y su ausencia cada vez es más grande.
Cuando
alguien me pregunto porque lo llegue a querer tanto mi respuesta es simple: porque
con él podía ser yo misma. Él fue mi primer amor y la persona que llegué a
querer de verdad. Lo único que espero es que la gente tenga razón cuando dice “El
primer amor nunca se olvida”.
Cuando
desperté al día siguiente tenía un dolor de cabeza terrible y muy mal humor.
-¿Resaca?-
pregunto mi hermano con una sonrisa que me daban ganas de sacársela de un
golpe-
-Solo
me duele la cabeza ¿te molesta?- lo mire mal y cerré la puerta de mi casa no
sin antes escuchar un “vos te lo buscaste”.
No.
Yo no me lo había buscado, pero sabía quién si se lo había buscado e iba hacia
su casa… con su corpiño.
La
gente me miraba mal cuando pasaba por su lado ¿Qué nunca vieron caminando a una
persona con un corpiño en la calle? Que mal me caía la gente.
Golpee
la puerta tan fuerte que mi puño se puso rojo, genial. Me di vuelta y esperé
impaciente. Tenía demasiadas cosas para decirle a Zaira.
Escuché
la puerta abrirse y me di vuelta furiosa. Empecé a mover el corpiño contra su
cara y gritarle como una loca… cuando me di cuenta que le estaba gritando a
otra persona.
-¿Qué
haces? ¿Estás loca?- escuche una voz masculina y me obligue a calmarme… ¿Quién
era este chico? Y oh dios, no solo su voz era masculina…-
-¿Hola?-
sonrió como si se estuviese burlando de mí- Mira el loquero no está en esta dirección-
sí, definitivamente se estaba burlando de mí-
-Yo,
mm- tuve que aclararme la garganta ¿Por qué estaba nerviosa? - ¿Y se puede
saber quién demonios eres tú?- su sonrisita me sacaba de quicio-
-Creo
que eso te tengo que preguntar yo a vos, yo no soy la loca que está en la puerta
de mi casa con un corpiño, y ahora que pienso espero que no sea tuyo- bajo su
mirada hasta mis pechos-
Me
tape con las manos y me sonrojé.
-Dios
sos un pervertido! Claro que no es mío, es de
-Pau!-
Zaira apareció atrás de… quien sea que fuera- ¿Qué haces acá?- bajo la mirada
hasta mi mano y su sonrisa desapareció-
-¿La
conoces?- le dijo quien fuera que sea
a Zai-
-Si!
Es mi mejor amiga de la que te hablé.
Oh
paren todo ¿ella le había hablado de mi a él?
Me quede boquiabierta, ahora entendía todo… el chico que me estaba mirando con
una ceja levantada (Por dios ¿Cómo hacía eso? Siempre lo quise hacer!) era el
hermano de mi mejor amiga.
-¿Vos
sos Paula? Hermanita te falto decir que tu mejor amiga estaba un poquito loca.
-Por
lo menos estoy loca y no soy un pervertido como vos- lo mire con el ceño
fruncido y eso lo hizo reír, tenía una risa tan molesta y tan… profunda-
-Si
no estás loca ¿Por qué me estas
golpeando con un corpiño?
-Porque
vine a…
-Vino
a prestármelo- interrumpió Zai con una sonrisa nerviosa- como ves ella tiene
mucho más busto que yo y le pedí si no me podía prestar un corpiño viejo de
ella.
¿QUÉ?
¿MI MEJOR AMIGA ACABA DE DECIR ESO? Me puse más roja de lo que ya estaba y miré
a su hermano. Dios, no tuve que haber hecho eso. Él me estaba mirando intensamente
a los ojos con una sonrisa en la cara, que me sacaba demasiado de quicio, y me
hacía sonrojar más si eso era posible.
-Ya
veo – dijo como quiera que se llame-
ella tiene más busto que vos y te va a prestar un corpiño viejo – tosió para
disimular la risa – suena lógico, pero Zai si queres dinero para comprarte uno
nuevo yo te puedo dar, no hace falta que uses el de Paula.
-Sí,
lo que sea- dijo ella y me agarró de la mano para hacerme entrar- bueno Pau, es
el Pedro, mi hermano, Pedro ella es Paula, mi mejor amiga.
-Encantada-
mentira pensé y le ofrecí mi mano
para saludarlo-
-Él
no solo la agarro, sino que me empujó contra si para darme un beso en la
mejilla. Su perfume me envolvió y me obligué a alejarme.
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