*Cuenta
Zaira*
No
podía parar de llorar, lo único que quería era que todo desapareciera. Los
gritos, mis llantos, yo misma.
Mis
padres habían estado peleándose y gritando por una hora y yo no lo aguantaba
más. Necesitaba salir de mi casa.
Agarré
mis llaves y me fui, creo que ellos no se dieron ni cuenta.
Fui
directo para la casa de Pau. Cuando llegué a la puerta la llame al celular pero
no contestaba ¿y si no estaba en su casa? Me senté es los escalones de la
entrada, mis lágrimas no cesaban y no sabía qué hacer. Intenté llamarla de
nuevo… nada.
Estaba
por levantarme cuando escuché que la puerta se abría.
-¿Zaira?
¿Estás bien?- dijo Gonzalo con cara de preocupado-
Oh
no, lo último que quería era que me vea en este estado llorando- Sí, sí- sequé
mis lágrimas sin mirarlo- pensé que Pau estaba, pero no, así que… así que no
importa vuelvo más tarde.
Me
di vuelta pero él me alcanzó.
-No,
vos no estás bien- me agarró de la cara e hizo que lo mire- ¿Qué te pasa?
-Nada,
yo… solo no- mi voz era casi un susurro- no aguanto más, ya no aguanto más.
No
aguante más y lo abracé, necesitaba hacerlo. Necesitaba que alguien me dijera
que todo iba a estar bien, que ya iba a pasar.
Él
al principio se puso rígido pero después me devolvió el abrazo y me acarició el
pelo.
-Quedate
tranquila- me dijo al oído- todo va a estar bien. No llores.
Nos
quedamos un rato así y después se separó de mí y me dijo que entrara a su casa
para tomar algo.
-Gracias
Gonza pero no quiero molestarte, en serio.
-Si
me molestaras no te invitaría Zai, quiero estar seguro de que estés bien. Dale
pasa.
Entramos
a su casa y me senté en el sillón.
-Tenes
que comer algo. No creas que soy buen cocinero, pero unas tostadas te puedo
hacer- me entregó un vaso son jugo de naranja-
-Gracias,
no hace falta- lo miré- ¿no sabes cocinar?
-Nunca
nadie me enseñó.
-Yo
te enseño… va si vos querés.
-Creo
que soy un caso perdido- dijo sonriéndome- pero si queres hacer la prueba…
Paula compró para hacer una torta de chocolate y nunca la hizo. ¿Queres
hacerla?
-Sí!
Pero primero paso al baño así me lavo la cara y las manos.
Definitivamente
esto no me lo esperaba, hace cinco minutos atrás estaba llorando desconsoladamente
y ahora iba a enseñarle a hacer una torta de chocolate a mi amor platónico.
Me
lavé la cara, hice un baile de cinco segundos y salí.
-¿Estás
bien?- asentí con la cabeza- ¿Lista para enseñarme a cocinar, chef?
-Lista-
le sonreí-
Pasamos
toda la hora amasando y horneando. No mentía cuando dijo que era malo en la
cocina, tuve que explicarle mil veces los ingredientes de la torta y como
mezclar todo. Le manche con chocolate el brazo en broma y él se vengó manchándome
la cara. Cuando nos dimos cuenta estábamos haciendo guerra de chocolate. Estábamos
riéndonos y no nos dimos cuenta de que Pau y Ale, su mamá, habían llegado.
-¿Zai?-
dijo Paula abriendo los ojos como plato- ¿Qué haces acá?
-Hola
Pau… es una larga historia.
-Hola
Zai!- dijo Alejandra y vino a abrazarme- no me digas que hiciste cocinar este chico! Él no pone las manos en la cocina
ni aunque le paguen…
-Mamá!-
dijo Gonzalo quejándose-
Eso
era algo que siempre me iba a dar ternura, el hecho de que ella no fuera su
madre biológica y de todas formas la llamaba así.
-Bueno
Zai, te espero arriba- mi amiga señalo las escaleras como si no supiera donde
estaba su habitación, creo que todavía seguía sorprendida-
-Gracias
Gonza- le dije agarrándole la mano- me hiciste despejarme y olvidar me todo… de
todos los problemas. Gracias- lo abracé- ah y ahora vamos a probar la torta
¿no?
-Obvio-
dijo sonriendo- a ver si me enseñaste bien a hacerla… si sale fea y terminamos
todos intoxicados es tu culpa.
-En
serio! Cuando entré y los vi riendo y cocinando no lo podía creer, mi hermano
riendo con otro ser humano que no sea yo o nuestros amigos varones… creo que te
ama.
-Ah
¿ahora me ama? Como era eso que decías que no tengo un diálogo con él de más de
dos o tres palabras… mira ahora ¡¡HICE UNA TORTA CON ÉL PAULA!!
-Bueno
está bien, puede que vallamos a ser cuñadas después de todo.
-¿Lo
decís por tu hermano o por el mío?
-Zaira!-
me tiro una almohada- ya hablamos de ese tema.
-Sí,
sí, claro… ¿al final vas a ir a la feria de mañana?
-Nacho
me convenció así que sí… para, ¿Por qué pones esa cara?
-¿Qué
cara? Yo no puse ninguna cara-
-Te
conozco Zaira! Hay algo que no me estas contando…
-Nada…
supongo que Nacho ya te lo dijo, no importa.
-Nacho
nunca me dice las cosas que no me van a gustar y lo sabes! ¿Qué es?
-Es
que… me enteré que también va a ir Nicolas-
-¿Qué?
Uh no.
-Pero
capaz ni lo cruzas, va a haber mucha gente.
-Eso
espero… eso espero.
Holaa! Bueno acá les dejamos el capítulo ocho, este si es larguito jajaja. Gracias por leer! <3
No hay comentarios:
Publicar un comentario