-Yo…
vos sabes bien lo que siento por él Pau…
-Lo
sé y por eso no entiendo bien porque estás pensando en estar con Nacho.
-Gonzalo
no me quiere como lo quiero a él y creo que nunca me va a querer más que como
una amiga y acepto la realidad… solo que no puedo esperarlo toda la vida.
-Pero
él te beso, eso significa algo!
-Y
yo pensaba lo mismo, pero cuando me cantó esas canciones entendí que necesitaba
a alguien… a una pareja y a una amiga y creo que yo solo puedo ser una miga. Me
duele, pero tengo que dejarlo ir… nunca me va a querer tanto como lo hago yo-
me sonrió débilmente-
-La
verdad es que no pienso como vos, pero está bien, es verdad que lo queres desde
hace dos años pero me parece que ahora hay esperanzas… te beso… te confesó
muchas cosas que hasta ahora solo me las había dicho a mí y
-Pau,
ya sé que queres lo mejor para tu hermano, pero tal vez lo mejor no sea yo- me
abrazó-
Y
déjalo ir Paula, ella sabe lo que es mejor para ella. ¿Pero… lo sabía?
Amo
a mis mejores amigos y si ellos eran felices juntos yo iba a ser igual de feliz
pero ¿Y Gonzalo?. Sabía que él estaba empezando a sentir cosas por Zaira y eran
serias. Después de todo lo que le paso se merecía ser feliz y estar con alguien
que lo quiera tanto como ella, pero a ahora ella
decide dejarlo ir.
Necesitaba
hablar con alguien pero no podía hacerlo con ninguno de mis mejores amigos y
tampoco con mi hermano. Si estuviera
Facundo acá él me escucharía, me ayudaría, siempre me hacía sentir mejor.
El ya no está Paula- se
me hizo un nudo en la garganta- él te
abandonó. Vas a tener que guardártelo
todo otra vez, como lo hiciste este tiempo ¿no?
-Ay
no! Me tenía que encontrar con mi papá hace diez minutos, tengo que irme- me
dijo Zaira haciéndome volver a la realidad- a la noche te llamo, te lo prometo-
me saludo y se fue corriendo-
Cerré
los ojos por un momento y cuando los abrí tenía a Pedro a centímetros míos.
Salté del susto y me golpee la cabeza con la suya.
-Auch
¿tan feo soy?- me dijo masajeando su cabeza-
-No-
dije sin pensar- digo… ¿Qué haces acá?
-Vine
a buscar a Zaira para avisarle que papá la estaba esperando y después te vi a
vos… ¿estás bien? Pareces cansada.
-Vos
me cansas.
-Y
eso que todavía no hice que te cansaras físicamente- murmuró sonriendo-
Le
pegué- Y por más que quieras no lo harás.
Se
acomodó al lado mío y pasó su brazo por mi cintura.
-Contame
que te pasa.
-No
me pasa nada.
-No
tenes que fingir con migo.
-¿Por
qué?
-Yo
jamás te juzgaría- me dio la mano- me importa lo que te pasa y quiero ser la
persona que acudas cuando estés triste o enojada… quiero ser esa persona.
-No
me gusta hablar de mis problemas.
-¿Por
qué?
-Las
personas tienen demasiados problemas como para que alguien venga a molestarlos
con los suyos, además ¿Qué tanto le puede importar a alguien lo que te pasa? Al
final lo único que te dicen es que todo va a mejorar.
-Yo
puedo hacerte sentir que todo va a mejorar.
Me
dio un vuelco el corazón.
-No
podes hacerlo Pepe.
-¿Por
qué no me pruebas? Contáme lo que te pasa.
Lo
pensé por un momento, necesitaba que alguien me escuche y decirle a alguien
como me sentía pero no a él, no a alguien que me hacía sentir como lo hacía él.
-No
puedo Pedro ¿entendés? No puedo arriesgarme a confiar en otra persona para que
me deje de nuevo, no puedo, me duele- mi voz se quebró al final-
-Paula-
me tomo del rostro y me hizo mirarlo directo a los ojos, pero yo miré sus
labios- jamás te dejaría ¿lo podes entender? Yo puedo hacer que deje de dolerte…
confia en mí.
Por
alguna razón le hice caso.
Me
apoyé en su hombro y le empecé a contar todo. Desde cómo me sentía acerca de mi
hermano, de cómo odiaba verlo solo aunque tenga muchos amigos, de cómo quería
que tuviera a alguien como Zaira, de cómo dudaba de la relación de Ignacio y
Zaira, hasta le conté de cómo me sentía con todo lo de Facundo. Y fue raro y al
mismo tiempo me descargué. Hacía meses que no le contaba a nadie sobre cómo me
sentía respecto a Facundo. Y por una vez se sentía bien no mentir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario