martes, 30 de diciembre de 2014

CAPITULO 37



No le contesté y él me acerco más a su cuerpo.

-¿Tengo razón?

Lo pensé por un minuto.

Si decía que sí, íbamos a volver a donde estábamos antes…pero la verdad era que lo había extrañado. Se me hicieron duros estos días sin él y encima estar peleados me hacía mal.

Pedro entendió mi silencio como un no.

-Está bien si no queres…no te voy a forzar a na-

Lo calle con un beso y el paso sus manos por mi pelo.

-¿Entonces eso es un sí? –me pregunto separándose un poco-

Asentí con la cabeza.

Me agarró la mano y me guió hasta la salida.
Visualicé a Nacho antes de salir quien me levanto las manos y modulo “divertite”. Eso me hizo poner nerviosa, iba a estar con Pedro después de haber estado varios días peleados y yo todavía no sabía que sentía hacia él…ni siquiera sabía si él quería seguir estando conmigo después de nuestra discusión y la cachetada.

-¿A dónde queres ir?
-A donde sea –le dije y me estremecí-
-¿Tenes frío?

Se sacó su campera a pesar de que le dije que no y me la puso sobre los hombros.

-¿Estás loco? Te vas a congelar
-No importa, no quiero que tengas frío –me respondió mirándome serio- ¿Queres ir a mi casa?
-Está bien.

Trate de sonreír pero probablemente Pedro había notado lo nerviosa que estaba.

Ninguno de los dos dijo nada en el camino hacia su casa, ni siquiera cuando entramos a su habitación.

Suspiré y me apoye contra la puerta.

-¿No vas a decir nada? –le pregunté-
-Estas muy nerviosa –m dijo mirándome de arriba abajo-

Mi corazón se aceleró.

-Pedro…
-Y te quiero. Te quiero con locura

En ese momento me callé, me callé y lo miré.
Era mas alto que yo y a pesar de eso su pelo encajaba perfectamente con el mío.
Contemple su cabello en el que tantas veces enrede mis dedos, contemple sus ojos color miel que resaltaban de una manera perfecta. Baje un poco la mirada y me encontré con su sonrisa, que siempre me hacía sonreír aunque no quisiera y me encontré con sus hoyuelos que tanto odiaba…

Y entonces lo supe, la realidad me golpeó y no pude evitar dar un paso atrás.

De repente me di cuenta de que todas las veces que dije que lo odiaba, todas las veces que aseguré odiar cosas de él como sus hoyuelos, la manera en que decía mi nombre, el hecho de que me entendía cuando yo menos lo hacía, sus juegos…todas las veces que le dije “te odio” en realidad eran mentira.

Amaba todas esas cosas y eso me aterraba.

-Pau… ¿estás bien? –Me preguntó preocupado poniendo una mano sobre mi mejilla-
-¿Por qué? –le pregunté con un nudo en la garganta- por qué de todas las chicas en el mundo… ¿Por qué me elegiste a mí?
-Yo no te elegí. Mi corazón lo hizo –me acaricio la mejilla casi sin darse cuenta- cuando te conocí…en lo único que pensaba era que jamás había conocido una chica que me produjera lo que me producías vos, ganas de conocerte, ganas de estar con vos, ganas de no dejarte…y nunca me había pasado eso con nadie. Pensé que cuando te llegara a conocer esos sentimientos se irían pero lo único que hicieron fue profundizarse… ¿Por qué lloras?

No le contesté y él se acercó más a mí para secar mis lágrimas con sus labios. Y cuando lo hizo puedo jurar que nunca sentí un escalofrío tan grande en mi vida.

-¿Qué pasa Pau? Por favor decime por qué lloras…
-Es que…me di cuenta. Finalmente lo hice –le sonreí, era una de esas sonrisas verdaderas que no tenía hace mucho-
-¿De qué? –me preguntó confundido-
-De que te quiero –lo abracé porque no podía mirarlo a la cara- de que te quiero hasta el punto de que deseo haberte conocido primero a vos.

Sentí como se tensaba y como dejaba de acariciarme. Mis palabras me habían sorprendido hasta a mí…pero lo que más me sorprendía era que las sentía, de verdad.

-¿Qué estás diciendo? –murmuró con vos grave-

Me separé lo suficiente para verlo a los ojos.

-Perdoname Pepe…perdoname por no haberme dado cuenta antes, perdoname por haberte dicho cosas que no sentía, perdoname…tenía tanto miedo…tengo miedo…

Sus labios rozaron los míos con una caricia antes de besarme. Fue uno de esos besos que me hacían perder los sentidos y me dejaban sin respiración.

Le mordí el labio y él me acercó más a su cuerpo.

-No te tengo que perdonar nada –me susurró- voy a tratar, juro que voy a tratar de hacerte feliz tanto como me haces vos a mí.

Negué con la cabeza.

-Es que no lo entendes, vos ya me haces feliz.



Capitulo dedicadisiiisisisimo a @FrogyAlvarez y @eugesanchezok gracias por leer♥♥♥♥

2 comentarios:

  1. Aaaaaay que lindo. Basta con este Pedro tan tierno! 💕💕💕💕💕 al fin se dio cuenta!

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